En la comunidad del exilio cubano de Miami de los años sesenta y setenta los vínculos con la isla seguían siendo el nexo unificador. Estos vínculos influyeron sobre el desarrollo del teatro en Miami, reflejados en conceptos tales como la sala-teatro (teatro de bolsillo) y en los nombres prestados del circuito teatral de la Habana que pasaron a figurar en los locales teatrales que surgían a través de Miami como Las Máscaras, Teatro Martí y La Comedia. Otro signo de apego a la patria se manifestó en el tipo de espectáculos preferidos por las nuevas organizaciones artísticas y teatrales. Ya fueran dedicadas al teatro lírico, la comedia o el drama, estas organizaciones continuaron tradiciones importantes firmemente establecidas en la isla como la ópera, la zarzuela y el sainete, entre otras. Las semillas teatrales sembradas en los sesenta encontraron un suelo fértil como queda demostrado en las organizaciones exhibidas en esta sección, activas hasta hoy en día.
Si la zarzuela fue el género teatral favorito del público cubano durante laproduction, primera mitad del siglo XX, no es de sorprender que los primeros exilados, provenientes sobre todo de las clases altas y medias cubanas, empezaran muy pronto a producir en Miami el género lírico en general y las zarzuelas, tanto cubanas como españolas, en particular. El teatro lírico sirvió para que se creara una "comunidad imaginada" que continuó aliándose a los gustos de una clase alta cubana que ya no existía ni en la isla ni en el exilio. Como uno de los primeros programas señala, la zarzuela específicamente era considerada uno de los mejores ejemplos de las tradiciones hispanas importantes para los cubanos y los otros inmigrantes de América Latina que se establecieron en Miami durante estas dos décadas. El entusiasmo de la comunidad exilada por la zarzuela generó hasta sus propios compositores. Para los exilados, las zarzuelas fueron, y siguen siendo, eventos sociales y culturales prestigiosos, tal como la ópera lo fuera para las clases altas y medias de la Cuba republicana.
Sociedad Pro-Arte Grateli
Los escenarios del teatro lírico en Miami han
estado dominados por la perseverante Sociedad Pro-Arte Grateli que a través de los años
ha traído al sur de la Florida una amplia variedad de espectáculos. Además de zarzuelas,
Grateli también promovió el gusto por la música popular en el público cubano de Miami al
incluir danzones, guajiras, sones y hasta boleros en los sainetes y los sketches del bufo
en sus programas.
En esta entrevista, Pili de la Rosa narra los inicios de Grateli en 1968, fundada por ella misma, el diseñador escénico Demetrio Menéndez, la soprano Marta Pérez, y el actor Miguel de Grandy II (ver la fotografía). Grateli es un acrónimo de Gran Teatro Lírico. El nombre completo del grupo, sin embargo, se asemeja al de la Sociedad Pro-Arte Musical cubana, fundada en la Habana en 1918, y responsable por el desarrollo del teatro lírico y musical en la Cuba republicana. Marta Pérez y Miguel de Grandy II formaban parte de las actividades de Pro-Arte Musical.
La primera zarzuela de Miami
La primera zarzuela que Grateli llevó a la escena fue la arquetípica La verbena de la paloma (1894).
En esta entrevista, Pili de la Rosa explica que aun sin tener dinero para la
producción, cada uno de los fundadores de Grateli contribuyó $250 para juntar
los $1000 necesarios para alquilar el Miami Dade Auditórium. Pudieron imprimir un
extenso programa
escrito en español y en inglés. Además de la información sobre la
puesta en escena, los anuncios publicitarios mostraban un enclave étnico bastante
desarrollado que, en solo diez años, ya había producido un candidato para la
comisión de la ciudad de Hialeah.
Cecilia Valdés: La zarzuela clásica cubana
En 1970, Grateli presentó
la legendaria zarzuela cubana Cecilia Valdés (1932) de Gonzalo Roig,
basada en la novela antiesclavista Cecilia Valdés o la Loma del ángel (1839) de Cirilo Villaverde.
Marta Pérez, quien cantó el rol protagónico en la première de Nueva York, compartió el
rol de Cecilia con su colega la soprano Blanca Varela.
Cecilia es mulata de rumbo que
puede pasar por blanca y es usualmente interpretada por una actriz blanca. La frase de la canción "Yo soy,
Cecilia Valdés", que se puede escuchar en la grabación original cantada por Pérez, se percibe como una
afirmación de la cultura y de la identidad cubanas por una comunidad del exilio vinculada emocionalmente
con la música y la historia.
El cafetal y la cara pintada de negro
Grateli produjo la première en Estados Unidos de El cafetal (1929) de Gustavo Sánchez Galarraga y Ernesto Lecuona. Es considerada la primera
zarzuela cubana lograda por su elaborada trama, el coro, y las extensas arias. Es también la primera zarzuela cubana en que el protagonista negro
no es un "negrito" derivado de la tradición del bufo. En Miami, tal como se hacía en Cuba, la
mayoría de los personajes negros así como los esclavos negros del coro eran representados por actores blancos con las caras pintadas de negro.
Una zarzuela del exilio
Luis Carballo escribió La gentil de ayer en 1976 para la soprano Virginia Alonso. Fue la
primera zarzuela escrita en el exilio, lo que brinda testimonio sobre el entusiasmo suscitado
por el género en la comunidad. El reparto de la première mundial incluyó a Chamaco García y
Mara González.
Zarzuelas españolas
A lo largo del período, Grateli implementó una fórmula básica de
suscripciones que lo ayudó a producir las zarzuelas españolas más
importantes, incluyendo La rosa del azafrán
(1930), Las Leandras (1931),
Luisa Fernanda (1932),
Doña Francisquita y
Los gavilanes (1923).
Las zarzuelas españolas le permitieron a Grateli diversificar su público
puesto que otros inmigrantes y exilados latinoamericanos también
estaban familiarizados con el repertorio.
FORUM y Sociedad Artístico-Cultural de las Américas también produjeron zarzuelas tales como Las Leandras (fotografía) y María la O. Hasta el Teatro Martí, conocido fundamentalmente por sus comedias, inició una temporada de zarzuelas siguiendo la tradición del Teatro Martí de La Habana.
Óperas y operetas
Las óperas y operetas fueron muy populares en Cuba desde el siglo XIX, y esta tradición
también cruzó el estrecho de la Florida. En 1972, el maestro Manuel Ochoa produjo la première
en Estados Unidos de la opera española Marina (1855) de Emilio Arrieta.
La ópera Pan-Americana de Miami y el Opera Guild of Greater Miami también produjeron óperas y operetas para el público hispano
parlante, tales como La casta Susana (1910) de Jean Gilbert (en la foto aquí) y La viuda alegre (1905) de Franz Lehár.
El teatro lírico en un nuevo hogar
Hacia mediados de la década de
los setenta, Miami sin duda se había convertido en la capital
estadounidense de las zarzuelas, y hasta las principales voces de la New York City Opera y la
Metropolitan Opera se sintieron atraídas a la ciudad. Las danzas, los números musicales y
los conflictos de las zarzuelas se equiparaban con las luchas personales y colectivas de
las comunidades que estaban tratando de sentar base en un país extranjero.
La popularidad del teatro lírico en general y de las zarzuelas en particular, en una comunidad latina en desarrollo, demuestra la manera en que la música y los espectáculos funcionan no sólo como proyecciones de un estatus social sino como construcciones de una identidad étnica.
Una de las historias más exitosas de la vida teatral de Miami es el Teatro Prometeo en el Miami-Dade College, único conservatorio para el entrenamiento actoral en español del país. Su creación se atribuye a dos elementos principales: la visión artística, voluntad, y empuje de la dedicada artista teatral Teresa María Rojas y la visión pedagógica del presidente de Miami-Dade College Eduardo Padrón.
A través de los años Prometeo ha estrenado a numerosos dramaturgos cubanos e internacionales. También ha desarrollado programas específicamente para jóvenes y para personas mayores y ha presentado obras en espacios teatrales no convencionales como son los centros comunitarios, la calle y el transporte público. Prometeo continúa cosechando triunfos bajo la dirección de Joann María Yarrow, nacida en Colombia.
Studio Tres
En 1973, Rojas y Griselda Nogueras fundaron el efímero Studio Tres en Miami.
Su primera producción en español fue
Picnic de William Inge, que había tenido
su première 20 años antes en Broadway. Iniciaron en Miami una fórmula que sería
una de las características de las producciones futuras de Rojas: juntar por lo
menos a un actor experimentado y reconocido con otros jóvenes recién ingresados.
Picnic marcó el regreso a la escena de la gran actriz cubana
Rosa Felipe a la par con los nóveles Mario Ernesto Sánchez y Alina Interián.
Teatro Prometeo de Miami
La experiencia de Picnic indujo a Rojas a crear el Teatro Prometeo
de Miami. Comenzó en 1972 cuando Eduardo Padrón, el entonces Decano
de Educación en el que es ahora el Miami-Dade College, le pidió a
Rojas que desarrollara un programa de actuación en español para la
escuela. El currículo que Rojas puso a funcionar era similar al
programa de drama que ofrecía el departamento de inglés y conducía
a un Título de Asociado. En la entrevista, Rojas cuenta la pre-historia
del grupo cuando ensayaban en un garaje antes de ser invitados al recinto
del centro del Miami-Dade College y cómo levantaron vuelo una vez en la escuela.
Francisco Morín y el Teatro Prometeo de La Habana
El éxito de Prometeo le debe mucho a la luminaria del teatro cubano, Francisco Morín.
Teresa María Rojas fue una de las estrellas del famoso grupo de Teatro Prometeo de
Morín en La Habana, fundado en 1948. El reconocido director entrenó a numerosos
actores profesionales. Considerado uno de los directores latinoamericanos más
logrados de su campo, se le acredita la entrada del "teatro cubano a la modernidad" con su montaje de Electra Garrigó de Virgilio Piñera en 1948. Al lanzar un nuevo programa
de teatro para el Miami-Dade College, Rojas le rindió homenaje a Morín al llamarlo Teatro
Prometeo. También conservó el logo de las dos palmas delineando las máscaras
del drama y la comedia e implementó su visión del teatro como un laboratorio
de aprendizaje continuo.
Teatro comunitario
Desde sus inicios Prometeo se presentó como un teatro comunitario con la misión
de llevar producciones de calidad gratuitamente a diferentes barrios.
Una de sus primeras obras completas fue la farsa de intrigas La sopera
(1971) del francés Robert Lamoureux. La pieza se presentó primero en el
Miami Senior High Auditórium y después al aire libre en los parques de
la Pequeña Habana y en Wynwood. Los actores de Prometeo viajaron por
estos vecindarios en un camión de bomberos anunciando las funciones.
Ciencia ficción en el escenario
En 1975
Prometeo presentó 2075. Escrita en Paris en 1963 por Teresa Casuso, fue una
de las primeras obras de ciencia ficción que subió a las tablas en Miami.
En la pieza, una bella durmiente se despierta cien años después para encontrar
un mundo perfecto en el que no hay dolor, enfermedades, ni envidia. Fue una
innovación el colocar un aparato de televisión sobre el escenario a través
del cual el público se podía ver durante la primera parte de la obra. Rojas
dirigió un elenco bastante grande de 17 actores. Aunque recibieron reseñas
mixtas y la historia ya era bastante antigua, la actuación, la dirección y
el diseño escénico hicieron que la obra fuera un éxito para el grupo.
Lydia Cabrera en Prometeo
Uno de los momentos cumbres de las representaciones de Prometeo fue en 1976 cuando
montaron Suandende de Lydia Cabrera durante una conferencia en su honor en la
Universidad Internacional de la Florida. Cabrera
ha sido reconocida por sus libros y profundos conocimientos sobre las religiones afrocubanas.
Rojas dirigió el cuento de Cabrera con la coreografía de Armando
Navarro. La narradora (en la fotografía a la izquierda) también tocó
los tambores, dándole ritmo y tempo a la presentación. Una fotografía
muestra a Lydia Cabrera (al centro) al lado de
Teresa María Rojas en uno de los ensayos, un verdadero privilegio para el grupo Prometeo.
Prometeo y el teatro de arte
Prometeo celebró su quinto aniversario con una producción de La alondra de Jean
Anouilh en el Gusman Hall. Cerca de 40 estudiantes estuvieron involucrados en
la producción. El grupo recibió muchas notas
de agradecimiento por traer a Miami un teatro de calidad, lo que significaba otro que la comedia rutinaria.
Ese mismo año Rojas dirigió otras tres producciones y ganó el Premio Don
Quijote por su trabajo cultural y artístico.
Rotundos triunfos
Hacia el final de la década, los prometeicos se embarcaron en una nueva
jornada: empezaron a presentarse en festivales de teatro y regresaron a casa
con triunfos rotundos. En 1978, viajaron a El Paso, Texas, para participar en
el Festival de Teatro del Siglo de Oro, también conocido como Chamizal por el
parque en donde tiene lugar. Prometeo compitió con El Gran Teatro del Mundo, de Pedro
Calderón de la Barca, y ganó los cinco premios principales. En la foto están
exhibiendo los premios ganados en el Chamizal. Ese mismo año también compitieron
en el Festival del American College Theatre en Gainsville, Fl, con El jardín de
las delicias de Fernando Arrabal.
En 1979, cuando regresaron al Chamizal con una versión moderna de La dama boba de Lope
de Vega, los invitaron a abrir el festival. Rojas ganó la mejor dirección por
segunda vez y los Prometeos ganaron premios por el mejor actor y mejor actriz en un papel secundario.
Teresa María Rojas y su legado
Cuando le preguntaron a Rojas en una entrevista sobre la influencia
que había tenido en los demás, ella contestó que no pensaba que había
causado un impacto mayor, tal como explica en este fragmento.
Sin embargo, bajo la dinámica dirección de Rojas, Prometeo
incorporó a los mejores artistas teatrales como maestros y
ofreció una gran variedad de cursos incluyendo actuación, danza,
movimiento corporal, canto, diseño escénico y de vestuario.
A través de los años, Rojas creó una fuente de actores multi-étnicos para Miami al descubrir, entrenar y apoyar importantes artistas teatrales como Nilo Cruz, el primer dramaturgo latino en obtener el Pulitzer Prize en el campo del teatro, y Mario Ernesto Sánchez, fundador y director de Teatro Avante. Prometeo y Teresa María Rojas cambiaron la cara del teatro de Miami y las vidas y mentalidades de cientos de individuos. Para la mayoría de los prometeicos, ella les enseñó el valor de la vida y lo que significaba ser un artista, tal como muestra esta nota de agradecimiento de un estudiante. En las propias palabras de Rojas "Mi ambición no es ver a mis actores en Broadway ni en Hollywood sino hacerlos vivir 24 horas como artistas. De esta manera vivirán la vida con plenitud."
La firmeza de los individuos y organizaciones teatrales distinguidos en esta sección habla volúmenes sobre su capacidad de sobrevivir y crecer en medio de desafíos de todo tipo. No sólo fueron capaces de adaptarse a los valores de la nueva sociedad en que les tocó vivir sino también reflejaron a través de su obra una experiencia humana compartida basada en el impacto del éxodo y del asentamiento a la par con la misión de traer teatro de primera clase a su nueva ciudad y de hacerlo en su lengua nativa, el español.
En 1979, Mario Ernesto Sánchez, Alina Interián y Teresa María Rojas fundaron RAS, que devino más adelante Teatro Avante. La consumación de sus esfuerzos se puede ver en los más de 30 años de existencia y la creación del prestigioso Festival Internacional de Teatro Hispano de Miami, ahora en su edición número 27, bajo el decidido liderazgo de Sánchez. Las otras dos compañías que completan esta sección, Teatro Bellas Artes y el Hispanic Theater Guild (Teatro 8) también han perseverado en traer teatro universal a su público hispano-parlante.
RAS y Teatro Avante
En 1978, los ex-prometeos Alina Interián y Mario Ernesto Sánchez se unieron con Teresa María Rojas para crear
RAS Community Theater que más adelante se convertiría en Teatro Avante. Abrieron su primer espacio en 1981 con diseños de luces y de local de María Julia Casanova.
Entre 1981 y 1986 los nombres de RAS y Teatro Avante se usaban por igual, aunque RAS era el grupo de teatro y Avante el espacio teatral.
Desde sus inicios el objetivo principal de la organización fue preservar el legado de la cultura hispánica, especialmente la cubana.
Escogieron a
Virgilio Piñera para su inauguración y trajeron a Francisco Morín para que la dirigiera. Este fue el primer montaje de
una obra de Piñera por Avante, que años después produciría varias obras del autor incluyendo el estreno mundial de Una caja de zapatos vacía en 1987.
Mario Ernesto Sánchez
Mario Ernesto Sánchez llegó en 1962 a través de la Operación Pedro Pan,
programa que trajo más de 14,000 niños al exilio sin sus padres durante los sesenta.
Sánchez inició su carrera teatral cantando y bailando en Añorada Cuba y representando
el papel de Perucho Figueredo en De Belén a Bayamo de Manuel Ochoa en 1968. Después de estudiar
con Teresa María Rojas y Griselda Nogueras, trabajó en Prometeo, actuando y dirigiendo para la
compañía.
Sánchez se convirtió en una presencia regular en el teatro de Miami en los setenta,
actuando con varios grupos como Grateli, Studio Tres y El Carrusel. Al frente de su compañía,
Teatro Avante, Sánchez ha recibido numerosas distinciones a través de los años incluyendo el premio
por "Una carrera distinguida" de la Florida Theatre Conference por su contribución al desarrollo del teatro en la Florida.
Alina Interián
Alina Interián entró al mundo del teatro a comienzos de los setenta, después de entrenarse con
Teresa María Rojas. Siendo una de los fundadores de RAS/Teatro Avante en 1978, actuó en la
producción inaugural de Electra Garrigó, de Virgilio Piñera.
También participó en la
apertura del nuevo espacio teatral, estableciendo el nombre de Teatro Avante, con
Homenaje de Bernard Slade en 1981. Hoy en día, Interián es la directora ejecutiva de
El Centro Literario de la Florida
(The Florida Center for the Literary Arts) en Miami-Dade College, que organiza la Feria
Internacional del Libro de Miami y cobija a Teatro Prometeo.
Teatro América
En 1978, Teatro América tomó el espacio recién renovado que dejara Repertorio
Español, de Nueva York, cuando decidieron lanzar una empresa teatral
en Miami. Teatro América se dedicó al teatro musical y a las comedias,
como la mayoría de sus colegas durante la época.
Teatro de Bellas Artes
Al inicio de los ochenta, Teatro América se convirtió en Teatro de Bellas Artes.
Pili de la Rosa y María Julia Casanova se unieron en calidad de directoras.
Bellas Artes se inauguró con la comedia musical Lucy, adaptada por Casanova y con
música de Anam Munar. Lucy Pereda y Carlos Grillone (derecha)
asumieron los papeles protagónicos.
Marcos Casanova and Hispanic Theater Guild (Teatro 8)
Marcos Casanova llegó a Miami en 1974
y actuó en varias obras de teatro importantes como
Anillos para una dama, de Antonio Gala, y en otras comedias. En 1987, se hizo famoso
como dramaturgo por su comedia Las Carbonell en la Villa Jabón Candado, inspirada en
Las Carbonell de la Calle Obispo de Raúl de Cárdenas y en 1994 ganó el premio Letras
de Oro por La libertad prestada. El actor-director estuvo también involucrado en la
fundación del Hispanic Theater Guild en 1989 y la apertura de su espacio Teatro 8,
en el 2000, que ocupó el antiguo Teatro Casanova creado por María Julia Casanova (no hay parentesco) en 1992.
Teatro 8 ha sido responsable de numerosas premières incluyendo el estreno mundial en español
de la obra de Nilo Cruz, Two Sisters and a Piano (Dos hermanas y un piano) en 2007.
Festivales de teatro
Lo que empezó como el Festival de Teatro Hispano en 1986 es
hoy en día el Festival Internacional de Teatro Hispano de Miami,
el de más larga trayectoria en su clase en los Estados Unidos.
Producido por Teatro Avante y Mario Ernesto Sánchez, el festival
ha sido reconocido como "el portal de las Américas más distinguido,"
por el editor Randy Gener (2010) de la revista American Theatre y
ha recibido varios premios internacionales. Sus precursores fueron el
Gran Festival de las Salas Teatro de Miami, que tuvo su primera edición en
1975, con la participación de algunas de las compañías de teatro en español
más importantes, y el Festival de Teatro Étnico, organizado anualmente
por Sánchez entre 1984 y 1986, que presentaba obras en un acto por artistas
judíos, afroamericanos e hispanos.
Cuban Heritage Collection
University of Miami Libraries
University of Miami, Coral Gables, Florida
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