Introducción

Los bulliciosos años setenta: la creación de una era - Introducción

Para el teatro cubano en Miami, los setenta irrumpieron con un nivel de actividad teatral no visto antes en ninguna otra comunidad latina en Estados Unidos. Además de los locales que surgieron a lo largo y ancho de la ciudad, un número considerable de compañías emergieron - algunas profesionales, otras semi-profesionales, pero todas trabajando afanosamente para proponer el teatro en vivo como el pasatiempo preferido de la comunidad. Incipientes compañías de teatro en Miami hicieron enormes esfuerzos para lograr un repertorio que fuera cubano en estilo y espíritu y que a la misma vez reflejara las producciones de moda en Broadway y en los centros europeos de teatro, al igual que el teatro al que estaban acostumbrados los primeros exilados en Cuba.

Su entusiasmo estimuló otras áreas vitales para el bienestar de las artes teatrales como es la crítica teatral. The Miami Herald empezó a publicar El Miami Herald en español en 1975 con Cristina Saralegui, en ese tiempo editora de la revista Cosmopolitan, como una de las primeras críticas de teatro. Ella fue reemplazada poco tiempo después por la actriz convertida en periodista Norma Niurka, cuya columna "Entreactos" apareció por primera vez el 12 de enero de 1977.

Broadway

  • Broadway queda a la vuelta de la esquina

    En gran parte, las compañías de teatro de origen cubano que surgieron en Miami durante los 1970 fueron organizadas siguiendo los modelos de las empresas profesionales de teatro. De este modo, el productor se convirtió en la fuerza tutelar detrás del grupo. A diferencia de las otras comunidades teatrales latinas en el país, que de manera consciente y en general se rebelaron contra el teatro comercial, la cubana se nutrió del mismo, convirtiéndose en su máximo exponente. Las obras de Broadway, off-off Broadway, y aún logradas importaciones de Europa se montaron en Miami con bastante éxito. Al mismo tiempo, estrellas de la radio, la televisión y el cine latinoamericano, particularmente de México y España, fueron atraídas para participar en producciones locales.


  • Teatro Carrusel
    En 1973, el productor Enrique Beltrán le cambio el nombre al "Carrousel Theater" de Coral Gables por Teatro "El Carrusel." Beltrán quería modernizar el teatro y traer lo mejor de Broadway a Miami, adaptando códigos de producción "americanos" al teatro en español. Su misión era aportar al desarrollo del movimiento teatral del exilio "lo nuevo y lo eterno" en términos de teatro. Con La Mamma, de André Roussin, con Velia Martínez en el papel principal y dirigida por Mario Martín, Beltrán abrió las puertas a una estimulante primera temporada.

    La cuarta producción de El Carrusel, Miedo a la oscuridad de Frederick Knott, con Griselda Nogueras como protagonista, llegó a Miami después de una larga trayectoria en los escenarios del mundo y en el cine. Abrió en Broadway en 1966, con gran éxito del público y de la critica, a la que le siguió una adaptación en el cine en 1967, que le valió la nominación al Oscar como mejor actriz de reparto a Audrey Hepburn. También fue llevada a la escena en Londres y en Madrid a principios de la década.


  • Teatro Carrusel
    Otra importación de Broadway, Las mariposas son libres de Leonard Gershe, abrió en 1974 en El Carrusel y se convirtió en una de las favoritas del público del sur de la Florida. La versión en español la llevó a cabo Mario Ernesto Sánchez. Fue dirigida por María Julia Casanova y tuvo en el reparto además de Sánchez, a Alina Interián, Rosita Ginorio y Chamaco García. Al principio de los 1980, la actriz Rosa Felipe la montó de nuevo y la llevó en gira a Chicago, como se ve en la foto incluida aquí.


  • Teatro Carrusel
    El Carrusel celebró su segundo aniversario en 1974 con la elegante comedia de Broadway Cuarenta quilates, de Jay Allen, adaptada del francés original de Pierre Barrilet y Jean-Pierre Gredy. La actividad teatral era tan profusa en Miami que tuvieron que esperar algunos meses para poderla presentar en el Dade County Auditórium porque todos los demás locales teatrales de la ciudad estaban copados durante el mes de marzo.

    También se dirigieron al drama europeo para enriquecer su repertorio. Producida por Enrique Beltrán y Dany Bardisa, El Carrusel presentó La ramera respetuosa de Jean-Paul Sartre en 1979. La obra se estrenó en París en 1946 y tuvo una muy buena acogida en Broadway seis años después.

  • Repertorio Español
    Fundado en la ciudad de Nueva York en 1968 por el productor Gilberto Zaldívar y el director artístico René Buch, ambos exilados cubanos, el Repertorio Español es una de las compañías hispanas más antiguas de Estados Unidos. En 1973, la Sociedad Pro-Arte Grateli se asoció con Repertorio para montar en Miami la versión en español de Buch de Quien le teme a Virginia Wolf, de Edward Albee, que tuvo su estreno en Broadway en 1962. Esta asociación fue parte de los esfuerzos de Grateli por diversificar sus producciones. Trajeron de México a la gran actriz cubana Carmen Montejo para el papel de Martha. En 1975 Montejo regresó a Miami para participar en la obra La malquerida de Jacinto Benavente.

    Los fantásticos, con música de Harvey Schmidt y letra de Tom Jones, abrió en Off-Broadway en 1960 y se convirtió en el musical de más larga duración en la historia del teatro de Nueva York. Repertorio Español le dio nueva vida en Miami con Ana Margarita Martínez-Casado en uno de los papeles estelares.


  • Teatro Musical
    El montaje de Grateli en 1976 del musical de Broadway GiGi de Anita Loos, basado en la novela homónima de la escritora francesa Colette de 1945, fue uno de los logros más lucidos del género, aplaudido tanto por los productores como por el público de Miami durante la década. María Julia Casanova dirigió y adaptó la obra, con Ana Margarita Menéndez (Ana Margo) en el rol protagónico.

    Otras producciones locales populares de musicales de Broadway en español incluyeron Grease y El hombre de la Mancha en 1975; El sonido de la música, con Marta Pérez en el papel de la abadesa, y El rey y yo, ambas en 1976.



  • Teatro La Danza Estudio
    El coreógrafo Armando Navarro y el empresario Roberto Miñagorri abrieron en 1972 un estudio de danza en donde montaron obras como El Emperador de Asiria de Fernando Arrabal, pero también ofrecieron clases de danza, actuación y canto. En 1976, crearon el Teatro La Danza Estudio con María Julia Casanova como directora artística. El grupo duró varios años enfocándose en el teatro americano, con obras como Our Town (Nuestro pueblo) de Thornton Wilder, con Marga López, Guillermo Murray y Osvaldo Calvo.

Alguna comedia ligera

  • Alguna comedia ligera que alivie el sufrir

    A medida que los 1970 transcurrieron y las nuevas olas de exilados cubanos llegaron a Miami, las empresas teatrales en español de la ciudad trataron abiertamente de atraer a los recién llegados ofreciéndoles producciones cuyo objetivo principal era entretenerlos. Muchas de las compañías destacadas en esta sección dejaron las obras dramáticas más serias a un lado y montaron comedias urbanas sutiles y vaudevilles para llenar sus espacios teatrales. Los escenarios se llenaron de melodramas esgrimidos por personajes en medio de familias afluentes aunque típicamente disfuncionales. Además de la entrada del homosexual latente en el formato de la comedia de errores, la eterna batalla de los sexos recibió innumerables nuevos giros farcescos, desfilando las falsas identidades, los disfraces, y sobre todo, las infidelidades.


  • Las Máscaras
    El continuo éxito de taquilla de Las Máscaras se debió a la inclinación popular de su repertorio. Aunque ya habían montado El Acorralado de Hugo Boniche, fue con el montaje de Los apestados de José Sánchez Boudy, en 1972, que Las Máscaras empezó a llevar a la escena autores cubanos en un esfuerzo conjunto. También empezaron a ofrecer clases de dirección, actuación y una variedad de temas relacionados con el campo. En 1973 tuvieron el primer grupo de graduados.


  • Las Máscaras
    Las Máscaras reemplazó gradualmente el "teatro de arte" por vaudevilles que tenían gran acogida en el público cubano de Miami. Los ingredientes claves en este tipo de teatro eran el humor mezclado con la sátira sexual y política. El co-fundador y productor Alfonso Cremata señaló en una ocasión que su público compraba entradas sin ni siquiera saber qué obras estaban poniendo.

  • Las Máscaras
    Algunas veces las compañías de teatro cambiaban estratégicamente los nombres originales de las obras que producían para no pagar derechos de autor o para evitar conflictos con otros productores, una práctica que deploraron algunos espectadores y los críticos, incluyendo a Norma Niurka, de El Miami Herald. En este vaudeville, La balada de los tres inocentes (1973), de Pedro Mario Herrero, Las Máscaras reemplazó el título por !Qué fama tiene mi cama!. Originalmente situada en Italia, para evadir la censura del régimen de Fanco, la acción se volvió a localizar en España. Este programa souvenir de Las Máscaras, con fecha de 1976, contiene información sobre sus espectáculos que alcanzaron un número extraordinario de presentaciones teniendo en cuenta el tamaño de la comunidad de ese entonces. Entre ellas, La herida luminosa (1970) fue la primera obra en Miami que llegó a 100 puestas en escena y Sé infiel y no mires a quien alcanzó 150 presentaciones y fue vista por 18,000 espectadores.


  • Las Máscaras
    En 1972 Las Máscaras formó un patronato de teatro compuesto por reconocidas personalidades locales y líderes comunitarios. Entre ellos, se incluía a Maurice Ferré, el primer alcalde de Miami de origen hispano, y a miembros de los medios de comunicación hispanos y de Camacol (Cámara de Comercio Latina), que se convertiría en uno de los grupos de negocios minoritarios más influyentes en Estados Unidos.

    Para 1973, Las Máscaras rebasaron su primer espacio teatral y se mudaron a un local en la avenida 27 del noroeste de Miami. Allí presentaron espectáculos de jueves a sábados y dos el día domingo. Hacia finales de los 1970, Las Máscaras abrió un segundo espacio y producía una comedia en un espacio y una obra seria en el otro, o una comedia ligera en uno y un espectáculo más risqué en el otro. Esto es lo que muestra el anuncio incluido aquí.

  • La Comedia
    El director Mario Martín y Ernesto Capote, el empresario que empezó Teatro Martí, estuvieron afiliados en la apertura del espacio del piso de abajo del Cine Teatro Martí en 1975. La Comedia se especializó en comedias ligeras, vaudevilles y shows de variedades. Eventualmente inventaron una fórmula perfecta para sus dos espacios teatrales: una comedia ligera, sin consecuencias, en uno y otra más risqué, un vaudeville sólo para adultos, en el otro, con representaciones los jueves a las 9:00 p.m y los viernes y sábados a la medianoche.

    La Comedia
    La producción en 1977 de La Comedia, En mi cama mando yo, de Jan de Letraz, estuvo anunciada como "¡Un vodevil 'escandalosamente' divertido!" La obra fue representada por primera vez por el aclamado actor francés Louis de Funes en el circuito parisino de teatro de género chico.


  • La Comedia
    La obra Mi hijo no es lo que parece, de La Comedia, que abrió a fines de la década de 1970, fue la obra en español de más larga duración en un escenario estadounidense. Duró cuatro años y medio con más de 800 presentaciones. Aún cuando las connotaciones sexuales, los innuendos y los dobles entendidos eran comunes, como sugieren las fotografías de Asela Torres de ¡Qué negocio tiene Ambrosio! de los 1980s, la homosexualidad abierta era reprimida.

El fin de una era

  • El fin de una era y el triunfo del vernáculo

    Aunque al finalizar los 1970 habían más producciones teatrales en español que en ninguna otra época y más establecimientos dedicados a presentarlas - incluyendo una serie de premios diseñados para promover su crecimiento - el auge teatral de la década no generó un movimiento orgánico teatral. Al tratar de satisfacer cada vez más el gusto popular por un humor basado en rutinas cómicas se perdió el potencial para producir una práctica teatral más seria e integrada.

    Al final de la década, el género vernáculo, ahora convertido en sátiras con inclinaciones hacia lo grotesco y lo vulgar, se volvió cada vez más popular. Las situaciones cómicas con personajes estereotipados y exagerados prevaleció. El lenguaje también empezó a apoyarse cada vez más en el choteo (sorna o burla) típico de la comedia de situaciones ligeras y hasta atrevidas como las que se presentaban en el legendario Teatro Alhambra de la Habana en los años 1930s.


  • Spanish Theater Guild
    El Spanish Theater Guild fue fundado por Rosa Felipe, Griselda Nogueras, Roberto Soto y José M. Hernando. Originalmente adoptó el nombre de Teatro 80 porque fue el año en que abrió su primera temporada. Esta página del programa del Teatro 80 de la primera obra del Spanish Theater Guild, La zorra y las uvas de G. Figueiredo, lista diez espacios teatrales activos dedicados al teatro en español durante la época.

    El cierre de una era
    Con una duración de 53 semanas, la producción en 1981 de La Danza, Corona de amor y muerte, de Alejandro Casona, fue posiblemente el último éxito de una obra en el circuito de teatro cubano de Miami que no fuera un vaudeville o una comedia ligera. Estuvo dirigida por María Julia Casanova, con Evelio Taillacq y Aurora Collazo en el reparto. Casanova afirmó que esta producción marcó "la culminación de una era de auge teatral en Miami."

  • Premios teatrales
    Un elemento significativo de la producción teatral y cultural de Miami en los 1970s fue la creación de importantes premios para reconocer el trabajo artístico hecho en español por artistas locales. Diferentes individuos y organizaciones empezaron a establecer premios: Chin Martínez, el editor del periódico Downtown, creó el premio "Chin de Plata" en 1970; años más tarde los editores del periódico puertorriqueño Estrellas presentaron premios al entretenimiento artístico en Miami.

    Los Premios Carbonell, el honor más importante otorgado por excelencia al teatro y las artes en el sur de la Florida, empezaron en 1975. Los premios al teatro hispano, de breve duración, no se instituyeron sino hasta 1991 y fueron descontinuados en 1994. Las primeras producciones hispanas en ser nominadas al premio Carbonell fueron Les Folies de Manolo Godines y la revista Tropical Heat Wave de Les violins, en la categoría de Mejor Revista de Night Club en 1977-1978.



  • Premios teatrales
    Los premios más importantes de la década fueron los dados por la Asociación de Críticos y Comentaristas de las Artes, o A.C.C.A.. Esta asociación, creada en 1975 por Josefina Rubio y otros periodistas, revolucionaron a la ciudad al ofrecer premios que promovían las creaciones artísticas hispanas con el fin de preservar las raíces Latinas en Estados Unidos. Aunque los premios se basaban en Miami, artistas de cualquier parte de América Latina que hubieran trabajado en Estados Unidos podían ser nominados a premios en las áreas del teatro, la música, literatura, artes visuales, televisión y radio. A.C.C.A. se asemejaba a la Asociación de Cronistas de Espectáculos creada en Nueva York en 1967.


  • Ernesto Capote
    Ernesto Capote fue apodado "el obrero" por su trayectoria sin parar en el teatro. Construyó un pequeño imperio de salas de cine y de teatro en Miami conocido como el Circuito Cineteatral Capote, o CCC. Empezó con el Teatro Martí en 1967, al que añadió más tarde el Teatro Martí II, La Comedia I, La Comedia II, Teatro Miami (en Westchester) y los Teatros Apollo (seis salas de cine y dos teatros). Capote encontró los ingredientes claves para el éxito en la taquilla: comedias ligeras con sketches que predominantemente se burlaban de la situación política y social de los cubanos, ya sea en la isla o en el exilio, representadas por actores populares.


  • Armando Roblán
    Uno de estos actores fue Armando Roblán, quien se volvió famoso por sus imitaciones de Fidel Castro. Empezó a imitar al líder cubano en la Habana. La primera vez que apareció como Castro en el escenario del Teatro Martí de Miami fue en 1979 con No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista, de Alberto González, dirigida por Miguel de Grandy II. Roblán continuó imitando a Castro en numerosos espectáculos a través de los años con títulos como Se le fue por el Mariel hasta el santero a Fidel y En los noventa Fidel revienta.


  • Café-Teatros
    Hacia el final de los 1970, surgió un nuevo tipo de entretenimiento teatral, el café-teatro (café-concert). Estos consistían en scketches cortos risqué con obvio contenido sexual, incluyendo desnudos y lenguaje adulto "cuestionable." El modelo en Estados Unidos se derivó sobre todo de la revista de vanguardia del Off-Broadway, Oh! Calcutta!, de Kenneth Tynan (1969).


    Néstor Cabell reveló en una entrevista que fue influido por María Julia Casanova quien acabando de regresar de Buenos Aires, en donde había visto los café-concerts, le sugirió que hiciera algo similar en Miami. Con el sketch Desnudo y con violín, protagonizado por José "Pepe" Yedra, Cabell abrió un café-teatro en el Hotel Versailles de Miami Beach, el cual manejó por 13 años.